domingo, 2 de octubre de 2016

Reseña Sueños de piedra

Érase una vez un reino muy, muy lejano donde un príncipe premió a un mago por ayudar a rescatar a una joven en apuros.
Encantador. Lástima que nada de esto sea verdad.
En realidad, el príncipe sueña con gloria y venganza; el mago, con que sus hechizos no sean siempre un desastre y la joven en apuros, con huir de un pasado que la atormenta... y del recuerdo del hombre al que ha matado.
Érase una vez...



OPINIÓN~
Después de mucho tiempo oyendo a la gente hablar genial de este libro, este año en la BLC me decidí a comprármelo, aprovechando que las autoras tenían una firma y así me lo llevaba ya firmadito y todo. Aun así he tardado mucho en cogerlo, no sé exactamente qué era lo que me tiraba para atrás, no sé si era el hecho de que son más de 500 páginas y que, como leo en el metro el 90 % del tiempo, iba a tener que cargar con él y pesaba, o si era el hecho de que no quería desilusionarme si me gustaba menos que al resto del mundo...
Fuera lo que fuese, cuando por fin empecé a leerlo, me di cuenta de que cualquier miedo que le tuviera era completamente infundado. Desde la misma primera página, este libro me ha atrapado y no me ha dejado escapar hasta que lo terminé (para entonces ya tenía Títeres de la magia en mi poder, esperando su momento a ser leído también...).

No sé qué decir que no haya dicho ya el resto de la blogosfera, la verdad.
Para mí ha sido un gran descubrimiento porque, pese a que tenía a amigas que no paraban de hablarme de las autoras y de que el libro estaba genial y de que debería leérmelo (sí, me refiero a vosotras, Loy, Marta y Lid...), sinceramente no esperaba que me gustase tanto, que el estilo me enganchara de esa forma, que las autoras aprovecharan la ortotipografía para hacer que las cosas impactaran más en el lector (lo siento, aquí sale mi vena de traductora obsesionada con la gramática, la ortografía y la ortotipografía, no he podido evitarlo). Que el libro esté dividido entre dos puntos de vista (Lynne y Arthmael) hace también que se haga muy ameno y quieras seguir leyendo para saber qué piensa uno u otro, o qué le está pasando a cada uno cuando están separados.

Luego está el hecho de que en la historia se mezcla fantasía del típico mundo de cuento de hadas con toques muy, muy reales. Con problemas reales y duros, con escenas desagradables pero completamente necesarias y que encajan con el libro en general perfectamente.
También los personajes, que en un principio están como encasillados en sus estereotipos, van creciendo y cambiando de forma que te emocionas cuando los ves reaccionar a algo de una forma que no hubieran hecho nunca al principio del libro.
Al principio está claro que el príncipe es un egoísta que solo se interesa porque no le quiten su corona, por ligar todo lo que puede y hacer que la gente lo conozca por sus grandes hazañas, aunque las haga solo por ese mismo hecho.
Lynne, por su parte, ha sufrido mucho y no permite que nada le afecte más de lo que ella considera necesario, ocultándose a sí misma tras una actitud dura. Únicamente quiere escapar de su pasado y cumplir su sueño de ser independiente y algo más de lo que siempre le han dicho que es.
También cabe destacar a Hazan, quien, pese a tener su propia historia en Títeres de la magia (libro que adelante que me ha gustado tanto como este), es un protagonista más en Sueños de piedra y es un encanto de chico, ¿a quién puede no caerle bien, por favor?

Otro detalle que también me ha gustado mucho es que trata el sexo como lo que es, algo común y normal y que está en nuestro día a día. En este libro es algo normal, que no se oculta, ni se considera tabú, pero tampoco son escenas eróticas. Es el punto intermedio perfecto entre «corramos un tupido velo tras el beso de la pareja que hace que intuyamos que está pasando algo» y «hola, soy una novela erótica y vengo a contarte, con mis mil sinónimos para lo mismo, una escena de sexo». Sinceramente, se agradece.

Aparte de eso, la narración está llena de citas y consejos que creo que hacen que este libro se debiera convertir en una lectura obligatoria juvenil, de verdad. Yo he sido una tonta y no los he marcado mientras iba leyendo, pero aquí tenéis unos pocos que he conseguido encontrar:

Me merezco esto. Me merezco mi oportunidad. Me merezco mi sueño.
Me merezco luchar por lo que quiero.

Todos tenemos miedo alguna vez.
Aceptarlo y enfrentarlo es lo que nos hace valientes. 

Soy suficiente. Soy algo más que mis curvas.

Las mujeres, pedazo de imbécil, somos igual de válidas que vosotros.
Que algunos hayan hecho de este mundo un lugar de hombres no significa que no seamos dignas de vivir en él, de ocuparnos de nuestras vidas, de hacer lo que se nos antoje con ellas. (...) Somos libres e inteligentes, e igual de capaces de realizar cualquier tarea que los hombres.

Ese es el argumento que todos los hombres utilizáis cuando no encontráis nada más que reprocharnos: «Sólo eres una mujer».

No existe futuro sin pasado. Olvidar no es superarlo. Olvidar es de cobardes.


Uf, esta reseña es la más larga que he escrito desde hace mucho.
Pero bueno, imagino que eso demuestra lo mucho que me ha gustado el libro, ¿no?
En serio, si os llama la atención aunque sea un poquito, dadle una oportunidad, probad a leer los dos primeros capítulos (uno por cada personaje) y ya, si eso, lo abandonáis (si sois capaces), pero yo lo recomiendo muchísimo. Es una gran lectura y autoconclusiva, ¿qué más se puede pedir?